Pesadillas.
La parálisis del sueño y los ataques espirituales.

Es muy común que hoy en día se confundan los ataques espirituales con la parálisis del sueño, pero existen diferencias muy claras, por un lado la parálisis del sueño sucede cuando no dormimos lo suficiente y hemos estado sometidos a mucho estrés, de modo que nuestro cerebro no logra descansar bien y al despertar, sucede que nuestro cerebro ya despertó, pero el resto de nuestro cuerpo no, por lo que, durante algunos segundos, nos damos cuenta que hemos despertado, pero no logramos movernos. Por otro lado, los ataques espirituales suceden cuando un espíritu nos molesta durante el sueño, que son desde las pesadillas que nos despiertan a la media noche o a las tres de la mañana (hora en que los brujos hacen sus rituales y nuestro ángel de la guarda nos despierta para que no nos roben energía), hasta despertar tosiendo y ver que un animal nos está chupando el aliento. Pero también hay casos en que podemos llegar a ver a una persona



al lado de nuestra cama, que nos jalan la cobija, sentir a una persona al lado de nosotros, incluso los ataques por parte de íncubos y súcubos, que son espíritus que nos provocan sueños eróticos y en ocasiones puede haber ataques psíquicos en que al despertar podemos sentir a una persona tratando de propasarse con nosotros, el punto es que los ataques espirituales tienen una forma y propósitos muy peculiares, pues siempre buscan robarnos energía, por lo que no es raro que al día siguiente despertemos cansados, deprimidos o de mal humor. Incluso, hay ocasiones en que las pesadillas nos muestran elementos del ritual utilizado por el brujo(a), por ejemplo: si nos vemos atrapados entre dos barreras de cristal, es porque pusieron nuestro nombre dentro de una botella; si soñamos con sangre de menstruación en una perilla, es porque usaron ese tipo de sangre en un ritual, etcétera. Pero siempre se puede contrarrestar con la ayuda de un arma psíquica, y de ese modo evitar que los entes malignos se acerquen a nosotros.